martes, 9 de agosto de 2011

Al fondo de la oscura habitación
permanece en la pared,
una extraña pintura.

A veces
sus colores se funden
y se tornan
un solo color indefinible.

Y otras veces
vislumbro algún color
y con el lápiz como brocha
doy la pincelada
sin pensar siquiera

en el tono amarillento
de esas hojas
que esperaron
tanto tiempo
en la oscuridad de algún cajón.

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