El sutil crepitar de una pitada en esta noche
es el suave y único susurro
que agita irreversiblemente la quietud.
Una máquina arcaica espera sobre una mesa
reteniendo entre sus fauces
una hoja amarillenta,
y si he de ir a su encuentro
se que de sus gastadas teclas
escapará, esta noche, el estruendo
que deshace la mudez.
El silencio
ya no será el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario